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LAS COSTUMBRES DE LOS ANTIGUOS ROMANOS

enero 14, 2009

Todos los libros de historia nos cuentan lo que hacían los Romanos a lo largo del día: que si iban a las termas, que si empezaban a cenar a una hora sin saber a qué hora iban a terminar, y otras ocupaciones por el estilo.
Sin embargo, esas costumbres las tenían los ciudadanos ricos, que eran los más cultos, que sabían escribir, y nos han dejado escrito cómo pasaban el día. Pero éstos eran muy pocos en comparación con la gran mayoría que no tenía otra cosa que hacer que trabajar de sol a sol, sin poder ir a las termas, sin poder dedicar mucho tiempo a la cena porque no tenía con qué.
Bien es verdad que había mucha gente ociosa, que no hacía nada y que se beneficiaba de los repartos gratuitos de trigo que regalaba el gobierno, y de la asistencia, también gratuita, a los espectáculos públicos. De ahí la frase «panem et circenses», o sea, alimento y diversión.
Esto se hacía con el fin de que los que no tenían nada que hacer, estuvieran ocupados y no organizaran altercados de orden público.
Todos los habitantes de Roma se levantaban con el sol, a la hora I. Había que aprovechar la luz natural, ya que la artificial era mala, cara y maloliente: se quemaba aceite o sebo, que además de producir mal olor manchaba las paredes con un humo negro.
El desayuno («ientaculum») solía ser frugal: algunos frutos secos, fruta del tiempo, queso; a continuación, cada uno acudía a sus ocupaciones.
El paterfamilias acomodado solía recibir la visita de sus «clientes», que venían a desearle buen día y a ponerse a su disposición a cambio de algunas monedas o provisiones para pasar el día. Luego, iba al foro o al senado hasta la hora V, en que se tomaba un respiro y un tentempié («prandium») e iba a las termas a hacer las relaciones sociales propias de esos lugares.
A la hora VI descansaba por ser la mitad del día. Nuestra «siesta» procede de esa costumbre de romper la rutina para descansar. Volvían a sus ocupaciones habituales hasta la hora IX o X, en que comenzaba la cena, y así estaban preparados para meterse al lecho con el crepúsculo.
Normalmente no se trasnochaba. Las calles de Roma eran peligrosas por lo oscuras y por lo estrechas. En cualquier lugar, al abrigo de la oscuridad, podía cualquiera clavar un puñal a otra persona. Puñal se dice «sica», y los que lo usaban para asesinar a otros, «sicarios». Éstos se alquilaban a quienes querían quitar de en medio a otros. Por eso, los que tenían que salir de noche se hacían acompañar de varios esclavos armados y con antorchas para prevenir cualquier encuentro.
La «cena» era la principal comida del día. Constaba de entrantes («gustatio»), la «prima mensa» que se componía de varios platos («prima, secunda, tertia cena») y los postres, que se llamaba «secunda mensa».
Para empezar tomaban frutos secos, olivas, verduras, dátiles, queso y huevos preparados de diferentes maneras. Seguían distintos platos de pescado y carne, y por fin, la fruta, dulces, etc. «Ab ovo usque ad mala» que significa «desde el huevo hasta las manzanas» quiere decir que algo se realiza de principio a fin: desde los entremeses hasta la fruta.
Cuando se quería agasajar a alguien se le invitaba a cenar. Se le ofrecía el lugar más distinguido en el «triclinio» (comedor) y se le presentaba el «mulsum», que era un vino de bienvenida mezclado con agua y miel. Los platos podían ser presentados de muy diferentes maneras, algunas artísticas, sobre todo si se trataba de platos exóticos. Petronio cuenta cómo en la cena de Trimalción, un liberto enriquecido, un hábil cocinero presentó un ganso engordado rodeado de peces y pájaros, pero todo ello era carne de cerdo. Macrobio habla de animales cocidos rellenos de otros animales, incluso algunos de ellos vivos, como el jabalí de Trimalción, relleno de tordos vivos que salieron volando en cuanto se rajó la carne. Pero esto no era lo normal.
Lo que sí que lo era se llamaba «garum», que era una especie de salsa-condimento que acompañaba a todos los platos. Tenía un sabor muy fuerte. Se hacía con pescado al que se le echaba sal y se dejaba que se descompusiese. Después se trituraba convirtiéndolo en un líquido espeso.
Era una salsa muy apreciada, objeto de comercio y de exportación. Marcial le dedicó estos epigramas:
«Unguentum fuerat quod onyx modo parva gerebat:
olfecit postquam Papilus, ecce, garum est»
Creía que lo que había en el vaso de ónice era ungüento: después de que Papilo lo olió, ya no tenía duda: era «garum».
«Expirantis adhuc scombri de sanguine primo
accipe fastosum, munera cara, garum»
Recibe este garum fastuoso, regalo fantástico, hecho de la primera sangre de una caballa que todavía está respirando
Se cuentan historias sobre la cena de los Romanos en que, para prolongar el placer de la comida, se tocaban con una pluma la úvula (campanilla) que está al fondo de la garganta, devolvían lo comido y comenzaban a comer otra vez. Pero, aunque esto lo hicieran algunos, no se puede decir que fuera habitual.
Más lo era prolongar la sobremesa («comissatio»), con tertulias sobre los temas más diversos, incluso con algún espectáculo circense o musical, mientras picaban algunos pinchos acompañados de bebidas, frías o calientes.
Los anfitriones solían mostrar a sus invitados las últimas adquisiciones que habían hecho, tanto de mobiliario como de personal, generalmente esclavos. Si eran deformes o tenían alguna habilidad formaban parte del espectáculo de la sobremesa. Eran muy apreciadas las «puellae gaditanae» (las muchachas de Gades ) como bailarinas. No quiere decir que todas fueran de Cádiz, pero se las denominaba así.
El poeta Catulo tiene un poema en el que describe una cena:
«Amigo Fabulo, cenarás bien en mi casa
dentro de pocos días,
si los dioses te son propicios,
y si te traes contigo una buena y gran
cena, acompañado de una guapa muchacha.

SITUACION E HISTORIA DE LOS HINOJOSOS

diciembre 20, 2008


SITUACIÓN:
Situado en plena Mancha Alta, en lo que antes era del Priorato de Ucles, que se extendía hasta el Guadiana, cerca del antiguo camino de Andalucía a Cataluña cuya ruta más próxima va desde Campo de Criptana, El Toboso, Los Hinojosos, Hontanaya, etc., por lo que no se descarta sea: «El lugar de La Mancha…… «, del que Cervantes no quiso acordarse. Lo que nadie pondrá en duda es que se encuentra en plena ruta del Quijote, y que todos los hinojoseños nos sentimos orgullos y amantes de nuestros ancestros.
Su término municipal tiene una superficie de 113,95 km2., una población de 1.076 habitantes.
Dista de su capital Cuenca 96 km. y 130 de Madrid.
Su ayuntamiento es de reciente construcción, sobre lo que era una antigua ermita.
HISTORIA:
El origen de Los Hinojosos se inicia con los iberos y celtíberos, ya que se han hallado vestigios de sus utensilios y construcciones, ejemplo de estas es el Templo Fálico de piedra conservado en unas condiciones óptimas en lo que hoy llamamos el Santo de la Hontanillasus, aunque su fundación documentada, se inicia con la tribu de los Olcades, indómitos guerreros, que contribuyeron a la derrota de Viriato(180 a. C. a 139 a. C.), aunque la información de estos primeros pueblos es escasa, casi se limita a la referencia de la amistad con el famoso general cartaginés Aníbal y a la derrota del lusitano Viriato. Grupo mas numeroso y que habitó nuestras tierras fueron los carpetanos que ocuparon las tierras comprendidas entre la cuenca del Tajo y las cuencas de los ríos Cigüela y Záncara.

Nuestra zona fue conquistada, posteriormente por los romanos de quienes se han encontrado numerosos restos de mosaicos y ánforas en «La Covatilla».
Con la invasión árabe, se transforma a la vez en asentamientos árabes y en tierras de paso de alternativas conquistas entre musulmanes y cristianos.
En la historia de nuestro pueblo, tienen vital importancia dos hechos principales, por un lado la Creación de las órdenes militares y por otro la aparición del señorío de Villena.
La Orden de Santiago fue una orden religiosa y militar creada en el siglo XII en el Reino de León. Entre 1157 y 1230, la dinastía real se dividió en dos ramas opuestas, por lo que la rivalidad tiende a oscurecer los inicios de la Orden. Dos ciudades lucharon por obtener el honor de ser la sede de la Orden, León, en el reino de ese nombre, y Uclés en el antiguo reino de Castilla, siendo esta última ciudad la que ostentó la sede principal de la Orden de Santiago, por donación de Alfonso VIII.
El Rey, descontento de la actuación de los caballeros de San Juan, que administraban desde 1163 el castillo de Uclés, entregó dicho castillo a los de Santiago, para que defendiesen la comarca de los ataques musulmanes.
El acto tuvo lugar, con toda solemnidad, en Arévalo, el 9 de enero de 1174. En presencia de los magnates del reino, prelados y nobles, Alfonso VIII, en unión con su esposa Leonor de Inglaterra, entregaba el castillo y la villa de Uclés, con todas sus tierras, viñas, prados, pastizales, arroyos, molinos, pesquerías, portazgos, entradas y salidas, a don Pedro Fernández, maestre de Santiago.
La fortaleza de Uclés, está bajo el poder cristiano, mientras la de Alarcón, está bajo poder musulmán, lo que nos conduce a pensar sin temor a equivocarnos, que las pequeñas aldeas y lugares situados entre estos puntos fuertes queden a merced de los caprichos de la guerra, pasando de unas manos a otras, hasta que las tropas de los reinos cristianos peninsulares derrotan a las musulmanas en la batalla de Las Navas de Tolosa (Jaén) el año 1212, quedando sumamente debilitado el poderío musulmán en un amplio territorio.
Una vez liberada de los musulmanes toda la zona manchega, se inicia la repoblación de aquellos lugares que han quedado prácticamente despoblados. en la repoblación de la Mancha tiene gran influencia el Infante Don Juan Manuel, nacido el año 1282, hijo del Infante Don Manuel hermano del rey Alfonso X El Sabio. Recibe Don Juan, por herencia de su padre, el Señorío de Villena y con él la tarea de su repoblación.
La influencia de las Ordenes Militares en el siglo XII y sucesivos, llevan a la extraña, paradójica y curiosa partición del pueblo de Los Hinojosos en dos.
La división de el Hinojoso, acaeció en el año 1.232, cuando el obispo de Cuenca, don Gonzalo, por mandato del rey de Castilla, Fernando III, procedió a cerrar la frontera entre los concejos de Uclés y Alarcón, desde la Sierra de Almenara hasta las Mesas Rubias. Don Gonzalo tomó como linea divisoria desde la Sierra de Almenara el camino que unía las poblaciones de Hontanaya hasta Las Mesas Rubias. Como este camino atravesaba el Hinojoso, esta población quedó divida en dos. A lo largo de la linea fronteriza, puso cuatro mojones principales, situados: el 1º en la peña del final de la sierra de Almenara o Jabalmeña, el 2º se colocó en la confluencia del camino de Guzquez con el camino fronterizo, el 3º en el pozo existente en el centro del pueblo de Hinojoso y el 4º en el pozo de la Puebla del Aljibe. El Señor Obispo dispuso que al recorrer la linea divisoria de norte a Sur lo que quedase a la derecha pertenecería al Priorato de Uclés y lo de la izquierda al Concejo de Alarcón. La línea fronteriza coincidía exactamente por el centro del pozo señalizándose con una piedra alargada, dirección norte sur, que dividia la boca del pozo en dos, para su utilización por el lado derecho por los habitantes de Hinojoso de la Orden y por la parte izquierda por los habitantes del Hinojoso del Marquesado, de igual manera que quedó dividido El Hinojoso en dos poblaciones. Todo lo que queda a la izquierda de la divisoria caminando hacia el sur, pertenecería al Concejo de Alarcón de ahí el nombre de Hinojoso del Marquesado (Señorío de Villena) y todo lo de la derecha al Priorato de Uclés perteneciente a la Orden de Santiago, llamándose Hinojoso de la Orden.
Hinojoso del Marquesado siguió perteneciendo al Concejo de Alarcón.
Hinojoso del Marquesado, sufre los avatares que estuvieron ligados al concejo de Alarcón y señorío de Villena.
Sancho IV, sobrino de Don Manuel amplía el territorio, pero es con su hijo Don Juan Manuel con quien desde 1298 el señorío de Villena adquiere gran poder gracias a su apoyo al rey. En estos momentos el marquesado tiene cuatro núcleos importantes: Alarcón, Chinchilla, Villena y Garcimuñoz, desde los cuales lanzará ofensivas a la corona. Alfonso XI consigue romper las alianzas con Aragón y ataca el señorío desde Cuenca y Murcia. Don Juan Manuel (se reconcilia con el rey pero poco después vuelve a pactar con Aragón, donde finalmente tiene que exiliarse tras una nueva derrota del rey.
En 1348 muere Don Juan Manuel y le sucede su hijo Don Fernando que también fallece a los pocos años y lo mismo ocurrirá con su hija Doña Blanca, que hereda el señorío siendo una niña bajo la tutela del caballero Don Iñigo López de Orozco. Doña Blanca, que era la esposa de Enrique de Trastámara, no llega a gobernar
directamente y además muere muy pronto, en 1360, desapareciendo con ella los herederos del señorío y éste pasa a ser nuevamente propiedad de la Corona. En 1386 tuvo lugar la constitución de la Hermandad del marquesado de Villena. Alfonso de Aragón sería el primer Marqués de Villena, una vez designado ese rango de señorío.
El Marquesado de Villena, llegó a pertenecer al Rey Juan I de Navarra, quien comprometió en matrimonio a su hija Blanca con Enrique IV de Castilla, incluyendo en la dote matrimonial el Marquesado de Villena.
La parte santiaguista o Hinojosos de la Orden, desde el 4 de marzo de 1353 formó parte del Común de la Mancha junto con Villamayor, la Puebla de Don Fadrique, Quintanar, Villanueva de Alcardete, Miguel Esteban, Campo de Criptana, Pedro Muñoz, Mota del Cuervo, Santa María de los Llanos, Socuéllamos y Tomelloso, y las tierras hasta Guadiana, gracias al infante D. Fadrique que como Maestre de La Orden de Santiago, otorga el Privilegio del Común de la Mancha, garantizando en dicho documento a una serie de prebendas y exenciones a todas las poblaciones arriba mencionadas, todas ellas situadas entre los ríos Cigüela y Guadiana.

VISTA PANORAMICA DE LOS HINOJOSOS

AYUNTAMIENTO

IGLESIA DEL MARQUESADO

IGLESIA DE LA ORDEN

TEMPLO FALICO PRERROMANICO

MOLINO TIPICO MANCHEGO

FALO DE PIEDRA

CASTILLO VIEJO

LA TORRECILLA RESIDENCIA DE LOS VILLENA

Desde el siglo XIV el Hinojoso de la Orden perteneció a la provincia llamada de la Mancha y no a la de Cuenca.
No es hasta las reformas liberales de 1833, reinando de Isabel II esta tenía 3 años de edad, por lo que ostentaba la Regencia María Cristina, su madre, cuando pasa a formar parte de la provincia conquense.
A continuación transcribo literalmente la referencia a nuestro pueblo o pueblos según el:
Diccionario Geográfico-Estadístico de España y Portugal, en su tomo IV, editado en el año 1.826 y escrito por el Doctor Don Sebastián de Miñano, individuo de la Real Academia de la Historia, y de la Sociedad de Geografía de París editado en el año 1.826 con el real permiso en Madrid: Imprenta de Pieperat-Peralta, plazuela del cordón n, 1., ( transcripción de su portada).
Página 464
HINOJOSO DEL ORDEN, V. Ord. de España, provincia de la Mancha, partido de Villanueva de los Infantes, priorato de Uclés, A. O., 400 vecinos, 1.758 habitantes, 1 parroquia, 1 pósito. Sit. en una llanura y una sola calle la separa del pueblo de Hinojosos del Marquesado, siendo un pozo divisorio. Produce granos, aceite, vino, azafrán y anís. Dist. 18 leguas de la capital, 17 de la cabeza de part., 20 de Madrid, 5 de Alcazar de San Juan, 52 de Granada. Contr. 9003 rs. 4 mrs.
HINOJOSOS DEL MARQUESADO, L. S. de España, provincia y obispado de Cuenca, partido de San Clemente. A. P. 272 vecinos, 1.347 habitantes, 1 parroquia, 1 pósito. Esta población está separada de Hinojosos de la Orden por una sola calle y un pozo que hay entre las dos: ambas en terreno llano que produce granos, vino y aceite. Dist. 6 leguas de la cabeza de part., en cuyo intermedio se hallan Monreal y Belmonte. Contribuye 6,321 reales 11 maravedis. Derechos enagenados (sic) 1.792 rs. 17 mrs.

CASA TIPICA MANCHEGA

En la actualidad es un solo pueblo, con un solo ayuntamiento, resultado de la unión de los dos pueblos separados caprichosamente por los señores feudales.
BIBLIOGRAFIA:
FRAILE IZQUIERDO, Cesáreo. «Mis Recuerdos» Ed.H.de H. 1941.
RUBIO MOYA, José María. «Crónicas de un pueblo». Los Hinojosos, 2002.

RETAZOS DE NUESTRA HISTORIA

octubre 9, 2008

ESTAS SON UNAS PÁGINAS EXTRAIDAS DEL LIBRO «DICCIONARIO GEOGRAFICO-ESTADISTICO DE ESPAÑA Y PORTUGAL», DIGITALIZADO POR GOOGLE.
Me he limitado a recoger la página en la que se hallan las entradas de Hinojosos de la Orden e Hinojosos del Marquesado con sus datos curiosos (que curiosamente coinciden con la última página del Tomo IV), y las páginas iniciales del citado tomo, donde se indica el autor y demás dedicatorias y advertencias.
Solo quiero resaltar que según los datos que aporta este documento, en Los Hinojosos de la Orden había 400 vecinos, con 1758 habitantes, lo que representa una media de 4,39 miembros por familia, y en Los Hinojosos del Marquesado, vivían 272 vecinos con 1.347 habitantes, que representan una media de 4,95 miembros por familia, lo que quiere decir que los marquesaejos éramos algo más prolíficos que los ordenejos.
Obsérvese que esta obra fue publicada en el año 1.826, lo que significa que a principios del siglo XIX, la suma de ambas poblaciones suponían 3.105 habitantes, algo más del triple de la población actual. En solo dos siglos hemos disminuido más de dos habitantes por cada tres de los habidos en nuestro pueblo. ¿Que habremos hecho para que haya sucedido esto?. ¿Seguiremos disminuyendo a ese ritmo….?.
Si alguna persona está interesada en la lectura del libro completo, solo tiene que
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Colaboración de: Cesáreo Fraile Izquierdo.